Cuando aparece la demencia en un hogar, surgen muchas dudas, incertidumbres y miedos. En estos días festivos, todo esto podrá intensificarse.
Habréis podido comprobar que los cambios de rutina repentinos pueden provocar mayor confusión y desorientación, al presentar mayor dificultad de adaptación. Pueden generar mayor estrés y ansiedad al no comprender lo que está ocurriendo o por la falta de control que llegan a experimentar. Los cambios repentinos pueden ser angustiosos y provocar comportamientos difíciles de manejar. Es por ello, que tener la información y establecer una serie de medidas previas es fundamental para que estos momentos de desadaptación logren resolverse de la mejor manera posible.
En primer lugar, si nuestro familiar reside en un centro, nos podremos poner en contacto con los profesionales, los cuáles nos indicarán cuál será la mejor manera de proceder para nuestro caso en concreto. Hay que tener en cuenta que todas las personas somos diferentes, y por el hecho de padecer demencia, esto no cambia.
Por lo que habrá que tener en cuenta, en cualquier caso, esas diferencias individuales, sus gustos, preferencias, cómo se encuentra cuando atardece, qué rutinas le son más beneficiosas, valorar cómo se ha sentido ante eventos con mayor número de personas, cómo interactúa, qué entornos suele preferir, qué objetos o personas le dan mayor seguridad, etc.
PASAR LA NAVIDAD CON DEMENCIA ES POSIBLE y por ello, os dejamos algunas recomendaciones para que sea más fácil y satisfactorio para toda la familia.
- Mantener el máximo de rutinas posible.
- Procurar un ambiente tranquilo y familiar. Por lo general, espacios más pequeños con mayor número de personas suelen generar un exceso de estimulación que será abrumador. Por ejemplo, las mesas navideñas suelen estar sobrecargadas, simplificarlas hará que ganen seguridad.
- Informar a los asistentes a la celebración de todo lo que consideréis necesario. Tendréis que saber cómo se encuentra la persona más tranquila, qué le hace sentir mejor, y animarlos a que interactúen con ellos/as.
- Podéis implicarlos en las actividades de estas fechas: decoración, preparación de menús, alguna actividad conjunta con los más pequeños, etc.
- Desenterrar costumbres (si no las seguís haciendo) que realizaban en otro tiempo.
- Adecuar la comunicación y respetar su ritmo.
- Recopilar actividades distractoras que le puedan valer.
- La música, el baile y menores pueden ser unos grandes aliados, pero, no obstante, habrá que vigilar sus reacciones y evitar la sobreestimulación.
Tener pensado una sala o espacio donde apartarnos con nuestros familiares si vemos que necesitan cambiar de ambiente o que necesitan un respiro. De hecho, puede incluso nosotros/as lo necesitemos. - Para controlar el estrés del cuidador/a deberemos apoyar todos los asistentes en el cuidado de la persona con demencia y en los preparativos y distintas tareas de esos días.
De forma general, mostrar paciencia, AMOR, comprensión y una actitud positiva. Conocer a la persona y ser vosotros/as quienes os adaptéis a lo que necesitan, a sus propias capacidades.
El objetivo final de la Navidad es pasar tiempo con la gente a la que quieres (entre otros), pues habrá que considerar qué os hace falta para que esto se posible. Marcarse este objetivo y a por ello. Felices Fiestas.